Hoy cumplo 29 años de vida. Si, veintinueve. Hoy me tocarían soplar unas veintinueve velas. Ay, Dios mío como pasa el tiempo! Además, este es el primer post de esta nueva aventura digital para mí, asi que empezamos. Para los estándares de hoy en día, yo soy un tipo raro (lo cual me encanta), porque como decembrino que soy (ustedes saben, sol y luna en Sagitario, y ascendente en Capricornio para mis amigxs astrológxs), yo amo celebrar mis cumpleaños. Diciembre es mi mes, y a mi me encanta compartir con mis amigos!
Cada cumpleaños trae su encantanto, con sus altas y sus bajas. Y bueno, que les digo, mis veintes han sido una montaña rusa, y para mí, una muy bonita. Ahora que llego a los dulces veintinueve, escribir una extensa reflexión sobre lo que han sido mis veintitantos no suena mal en la fecha que le doy inicio al último año de la decada más loca de la vida (o eso dicen por ahí, ustedes me imagino ya saben). Yo solía tener un blog anteriormente, y algo que hacía para mis cumpleaños, mientras lo tuve activo, era escribir algo sobre lo que esta fecha significa para mí.
Mis cumpleaños 20 y 21 no fueron tan memorables, ya que en esa época aún iba a la universidad, y trabajaba en un call center. Admito, que ese primer trabajo me dejó muchas lecciones tanto como persona y como profesional. Además, es una experiencia que recuerdo bastante bien, aunque mi unica queja sería haber durado demasiados años en esa industria. Pero bueno, ese trabajo me ayudó a pagar mi universidad (que bastanta cara costaba). Eso si, mis 22 no fueron tan memorables como Taylor Swift nos lo vendió en su icónico tema de los 2010s. En mi experiencia, y para esa edad, así recién graduado de la universidad, adentrandome en el mundo del marketing digital, y tal… el peor trabajo que he tenido en mi vida.
Ahora sí, hablando sobre mi antiguo pero muy desfendado blog, lo tuve funcionando entre mis 22 y mis 25, y pues… muy a mi manera escribí sobre todo tipo de temas. Esa no es parte de la magia del internet, no creen? Pero al mismo tiempo, siempre sacaba espacio en mi día favorito de todo el año, 13 de diciembre, para reflexionar sobre el año de vida que he pasado, como iban las cosas en mi vida en ese momento particular, y al a vez, celebrar la vida que tengo.
Para cuando cumplí 23, salí de mi peor trabajo en la vida, hacia uno menos terrible. Y para coronar las celebraciones, me lastimo la pierna derecha una nueva vez en pleno festejo. O sea… yo soy un caso muy especial. En la publicación que hice en esa fecha, no menciono nada de mi fractura, pero imaginense, ¿quien quiere lastimarse en su cumpleaños? Un año más tarde, estaba empezando a vivir la etapa más bonita de mi vida en los Estados Unidos, porque estaba recién arrancando el Máster. En esa oportunidad pude hablar de ello. También, les comparto una cita (traducida al español) de una frase que incluí en ese texto: “Yo celebro la vida y sus señales. Solo espera lo inesperado. Créeme cuando lo digo, y es como prueba viviente de ello. Cree en tí mismo/a, y las cosas vendrán a tí cuando menos las estés esperando”.
A los 25, mi mundo estaba por cambiar otra vez. Todo estaba cambiando, literalmente. Como mi tiempo en EE.UU. estaba por finalizarse el verano siguiente, y para ese momento estaba en una encrucijada. Cuatro años después, ya había completado el Master, realizado una pasantía en Washington, D.C., regresé de nuevo a casa, obtuve un trabajo decente, sobreviví a la pandemia, cambié de trabajo e ingresé al sector público, y muchos cambios más… y aún me siento así – en una encrucijada.
Hoy cumplo mis veintinueve años, y siento que no estoy en una posición muy alejada a la que estaba cuando tenía 25. Aún con sus diferencias, creo que estoy no muy lejos de como recuerdo estar entonces. Yo estoy muy consciente de que tengo muchos aspectos de mi persona que debo trabajar, tanto en lo personal como en lo profesional. Me temo que será bastante trabajo. Algunos de ellos me da muchisimo miedo trabajarlos, y estoy en el momento perfecto para arreglarlos, menudo destino el mío. Ya en el terreno profesional, me está yendo mejor de lo que podía imaginar. Debo admitir que ser servidor público, que aparte de ser una experiencia muy enriquecedora, me da cierta estabilidad a largo plazo, y eso me calma un poco. En esta vida, hay cosas que me apasionan muchísimo, como Eurovisión o los reality shows (Y no se preocupen, les traigo contenido sobre ello proximamente), pero a la vez, siempre me ha gustado poder ayudar a los demás desde la plataforma que tenga a disposición. Esta oportunidad me ha brindado el chance de entender mejor las complejidades de como opera un gobierno desde adentro en un país en desarrollo como la República Dominicana. Por el momento, las cosas están calmadas, pero los cambios vienen por ahí y serán muchisímos.
Venga, que cumpliré 30 en diciembre del proximo año. ¿Que hecho con mi vida?
Pues en lo que voy dandole respuestas a esas preguntas, en esta fecha, he decidido celebrarme a mí, por mi vida, por la gente que me rodean, por mi pequeña familia (somos mis padres y yo), y por el hecho que aún sigo aquí en este mundo, dándolo todo al máximo, y disfrutando la vida y sus peuqeños momentos.
Para finalizar este post, les dejo con la canción que considero el himno de mi vida, el mítico hit de los 2000s, “Unwitten” de Natasha Bedingfield (en una nueva versión acústica):